Ya ha llovido bastante desde que pudiéramos ver al bueno de Abe estrenarse en la 32 bits de Sony con Oddworld: Abe’s Oddyssee. Oddworld Inhabitants apareció de la nada con un videojuego repleto de plataformas y puzles que, junto con sus mecánicas, su oscura atmósfera y su particular universo se mezclaron resultando en un brebaje tan genial que quedó marcado como uno de los grandes de los videojuegos. Con semejante currículum para este ser -Mudokon, hablemos con propiedad-, no es de extrañar que los poseedores de Wii U pusiéramos el grito en el cielo cuando Just Add Water confirmó que su remake, Oddworld: Abe’s Oddysee New ‘N’ Tasty llegaría a la sobremesa de Nintendo. Tras este anuncio, y una diferencia de casi un año entre el lanzamiento en las demás plataformas y Wii U, hemos podido jugarlo, destriparlo y completarlo -eliminando una «asignatura pendiente» de la infancia con él-. Ahora, vamos a contaros cómo se porta este parlanchín en la sobremesa de Nintendo.
Historia – «This is Rupture Farms»
De la misma forma que se nos introdujo en 1996, repetimos en el papel de Abe, un Mudokon que hasta llegó a ser nombrado el empleado del año en su lugar de trabajo. Algo que sería un gran logro de no ser porque, realmente, es un esclavo en una factoría de procesamiento de comidas junto con el resto de congéneres que, como él, han sufrido la suerte de trabajar para los Glukkon. Realmente su vida habría seguido el mismo curso de no ser porque, repentinamente, descubre que la industria va a lanzar un nuevo producto completamente nuevo para revigorizar unas ventas que están yendo en picado. ¿Qué ocurre con esta revolucionaria comida?, ¡que está hecha de carne de Mudokon!
Tras este fatal descubrimiento, nuestro protagonista comienza su cruzada por salvar a toda su raza del exterminio que esto supondría. De esta forma, lo que comienza siendo una escapada de unas condiciones paupérrimas acaba siendo una aventura en la que, cual Moisés, descubrimos ser los elegidos para la liberación de nuestro pueblo.
El desenlace, por supuesto, y cómo todo avanza, es algo que vamos a dejaros descubrir a vosotros. Pero lo que sí vamos a dejar claro es que durante el camino del protagonista, perfectamente explicado a través de diversas cinemáticas que nos acompañan durante la partida, vamos a conocer a todo tipo de seres, tanto amigables -como los Elum, nuestros Yoshi particulares- como hostiles y malhablados -«Wait!» es el grito que más oiréis de los Slig- o incluso salvajes y fieros -¿alguien ha dicho Scrabs?-. Y junto a ellos, todo tipo de parajes en los que nos vamos a hacer más que cogerle más cariño a este torpón de Abe mientras tratamos de llevarlo a completar la tarea que le ha sido encomendada. Eso sí, morirá una y otra vez, y a veces de formas realmente crueles y explícitas. Trozos de carne volando, nuestra o de enemigos, pueden convertirse en el pan de cada día.
Jugabilidad – Habla hasta por los codos
De la misma forma que la crudeza y la simpatía se dan la mano en la historia de Oddworld: New ‘N’ Tasty, esta puede plasmarse en las mecánicas de juego. Debemos rescatar a los demás Mudokon de una total exterminación, y para ello la mejor forma es comunicarnos hablando, o silbando según la ocasión. Mediante combinaciones de botones podemos usar expresiones sencillas como «Hola», «Sígueme», «Espera» o, por supuesto, tirarnos un pedo, algo fundamental para la supervivencia de un ser vivo. Salvarlos o cargártelos lanzándolos a campos de minas, al vacío, a trituradoras o a cualquier cosa que pueda matar es algo que depende de ti, pero ten en cuenta que si quieres que esta historia acabe bien, tendrás que salvar al mayor número de Mudokons posibles, porque quizás de ellos mismos dependa tu futuro. No decimos más, pero hay hasta 4 finales distintos…
Con estas conversaciones tan sencillas, llevamos a nuestros compañeros hasta portales generados al cantar delante de círculos hechos por aves. Pulsando los botones ZL y ZR, Abe comienza a hacer un cántico con el que los pájaros se fusionan para abrir un portal que lleva a nuestros colegas a la salvación y que, a veces, nos sirve a nosotros mismos para teletransportarnos. Pero, este no es el único objetivo del canto, y es que gracias a él se presenta uno de los elementos más divertidos y fundamentales de este videojuego.
Canto mortal
«Yiuuuyiuyiuuuyiuyiuuuu» Bueno, más o menos suena así. Este es el elaborado verso con el que, tras unos segundos recitándolo, podemos poseer a los Slig que estén cerca nuestra, aunque como nos vean somos Mudokon muerto. Una vez en su cuerpo, tenemos la posibilidad de charlar con otros de nuestra nueva raza e incluso dar órdenes a una especie de perros con muy mala leche llamados Slog; aunque bueno, también podemos sacar la ametralladora y acribillar todo lo que nos de la gana para luego lanzarnos al vacío o hacia un campo de minas.
Cuando la trama avanza este poder se acentúa, convirtiéndonos en algo capaz de destruir absolutamente todo elemento hostil que haya en pantalla. Pero, de eso mejor no hablamos por posibles destripes, sólo diremos que es una gozada cargarte todo lo que te esté dando la brasa. Sobre todo en los compases en los que estará disponible, donde la dificultad se habrá elevado en un juego que, ya de por si, es bastante exigente con el que está a los mandos.
Oddworld es un lugar tremendamente peligroso. Si no es suficiente con tener a unos Sligs tan estúpidos como violentos que disparan sin dudar, nos topamos con trampas como minas, detectores de movimiento, inhibidores de canto -a calambrazo vivo-, pruebas de memorización y un sinfín de hostilidades que van un paso más allá cuando nos adentramos en alguna de las zonas ocultas que se reparten por todo el juego. Este mundo es árido y peligroso, y si no te quedaba claro con la atmósfera que transmite y la, repetimos, crudeza que se contempla, lo percibirás cuando mueras las 20 primeras veces. Porque morirás, morirás mucho, sobre todo por culpa de unos controles que, si bien guardan esa tosquedad de los originales de PSX, podrían haber evolucionado un poco más para adaptarse a los tiempos que corren. Aunque quizás esto rompería una de las esencias de este clásico.
Gráficos y sonido – Demasiado lavado de cara
El apartado técnico de este videojuego es, sin duda, uno de los elementos más llamativos de los que goza. Oddworld: Abe’s Oddysee New ‘N’ Tasty luce muy diferente a la aventura original de PSX, y esto es tan bueno como malo para la odisea del Mudokon. Alta definición, renovada paleta de colores, salto a entornos completamente renderizados en 3D -sin los fondos pre-renderizados del primero y el adiós a los sprites- y un mayor nivel de detalle son el hilo con el que Just Add Water ha querido bordar la experiencia de este remake, y el resultado es brutal. El problema es que, a pesar de que en conjunto luce muy bonito, pierde gran parte de la esencia del original. Se pierde ese tono lúgubre, oscuro y, a veces, algo sádico del que gozaba Abe’s Oddyse, todo en pos de presumir de un Unity que, en Wii U, a veces palidece.
Ya vimos comparativas y, aunque quiero remarcar que luce bastante bien, es inevitable fijarse en esas caídas del framerate que, en alguna que otra ocasión, pueden desquiciar a todo aquel que intente medir un salto o huir de unos Scrabs con ganas de merendarse al bueno de Abe. El rendimiento, con bastantes bajadas en la tasa de cuadros por segundo, empobrece a un apartado gráfico que trata de volver a traernos el genial diseño -estrambótico, siniestro, pero con carisma- del mundo en el que vive nuestro protagonista. Y es una auténtica pena.
En cuanto a lo sonoro, poco hay que destacar en cuanto a repertorio de canciones. Este plano cumple su función sin ir más allá del mero acompañamiento, aunque a veces logra meter cierta tensión en el jugador en situaciones difíciles -cuando os veáis andando con pies de plomo ante un Paramite, me contáis-. Sí es remarcable el pequeño, pero acertado reparto de voces que podemos toparnos. Abe sigue teniendo esa voz tan nasal y simpática que le caracteriza -normal, tiene la boca cosida-, los Sligs siguen sonando igual de molestos e incluso las voces de los demás Mudokons siguen teniendo cierto toque cómico. La pena es que, a diferencia del lejano Exoddus -secuela del primer videojuego-, no contemos con doblaje al castellano, habría rizado el rizo y aportado otra novedad más con respecto al original.
Wii U – ¿Un factor diferenciante?
Off-TV, esa es la respuesta a la pregunta que seguro os estáis haciendo. Oddworld: New ‘N’ Tasty puede jugarse en la pantalla del GamePad de Wii U de forma exclusiva gracias a esta función. Además, se ofrece un multijugador a la vieja usanza, alternando entre el primer y el segundo jugador cada vez que muramos en partida.
No hay nada táctil ni ningún otro tipo de elemento que aproveche aquello de la «jugabilidad asimétrica» que puede ofrecer la sobremesa de Nintendo. Aunque, viendo las mecánicas de este título y su planteamiento, quizás la introducción de novedades en este sentido habría resultado en algo metido con calzador. Quién sabe, podríamos habernos llevado alguna sorpresa en este sentido.
Duración – En su justa medida
Superar Oddworld: New ‘N’ Tasty puede llevarse entre 6 y 10 horas la primera vez. Si eres muy diestro en esto del plataformeo, conoces ya cómo van las reglas no escritas de los juegos de puzles o jugaste al original -como es el caso del autor de estas líneas-, esa cifra se acercará más al margen inferior. Sin embargo, el factor rejugabilidad juega un importante peso aquí, y es que sacar todos y cada uno de sus finales requiere una inversión de tiempo mucho mayor, y de paciencia.
El repertorio de finales del que goza este remake, ligado a la cantidad de Mudokons que hayas salvado durante la partida, la cantidad de zonas secretas repartidas por todo el mundo que se nos presenta y, más aún, la elevada dificultad de muchos desafíos; duplican, o incluso triplican la duración. Ya sabéis, completistas, ¡os lanzo el guante para sacarlo todo!
Conclusión – Obligatorio si no jugaste al original
Llegados a este punto, ¿merece la pena comprar Oddworld: Abe’s Oddysee New ‘N’ Tasty?, la respuesta es un rotundo SÍ. Si no has podido tantear Abe’s Oddysee original es prácticamente obligatorio que te hagas con este videojuego en la eShop de Wii U si te gustan los retos plataformeros y morir incontables veces. Reúne todo lo que caracterizó a la entrega que representa, pero con matices para adaptarlo a los tiempos que corren. Es divertido, exigente, carismático y entrañable.
Just Add Water trae uno de esos lanzamientos que juegan muy bien la baza de la nostalgia, con un personaje simpático y muy carismático, un universo con una potente personalidad; pero con un juego que, en la sobremesa de Nintendo, a veces se mueve con la misma torpeza que en ocasiones luce su propio protagonista -motivo de más para cogerle el mismo cariño a ambos-. ¡Jugadlo!
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