Es un día como otro en la vida de Ray. El joven probador de cascos, ¿salvado por la campana?, se dispone a marchar hacia su casa, junto al amor de su vida, sin saber el quebradero de cabeza en el que irremediablemente se va a meter. Da igual donde te escondas, el destino es el que es, y ese extraño alienígena va aterrizar en tu cabeza sí o sí.
¡Un espaguetti rosa sale de mi cabeza!
Así comienza la aventura de nuestro aturdido protagonista, que tras este inoportuno incidente ha obtenido el poder de leer la mente a todo humano con el que se cruce, ya esté vivo o muerto. Ni los animales se salvan de este peculiar don, demostrando que pueden tener más profundos pensamientos incluso que las personas. Nos espera humor, mucho y del bueno, y guiños por doquier a historias que ya conocemos. ¿Alguien recuerda al Fumador de Expediente X? Extraterrestres, conspiraciones, engaño, crímenes, taxidermistas zumbados… todo eso, y más, tiene cabida en Stick it to the Man.
Gráficos de cartón
Stick it to the Man destaca sobre todos los apartados en el artístico. La hilarante bidimensionalidad de sus protagonistas y el original diseño de entornos hace de él una elegante delicia que ya de por sí justifica disfrutar de la obra de Zoink.
Variados escenarios dibujados a mano a lo largo de la aventura, así como personajes de lo más variopintos que repiten aparición durante este curioso plataformas. Sin duda alguna, entra por los ojos y llega a enamorar.
Sonido de lujo
La banda sonora no se queda atrás, con un ritmo casi constante de jazz que hacen de Stick it to the Man una experiencia sonora a la altura del ingenio que se ha gastado tanto en su apartado gráfico, como en los divertidos y elocuentes diálogos. Por cierto, el doblaje, en inglés, es sublime, consigue caracterizar a cada uno de los personajes que intervienen en la historia. Si tienes problemas con el idioma, no debes preocuparte, pues los subtítulos harán un buen trabajo a la hora de introducirte en el argumento.
Jugabilidad
El punto más flojo de este videojuego. Se trata básicamente de un plataformas en el que debemos quitar el objeto A de un punto, para ponerlo en el B, en raras ocasiones haciendo uso de la lógica. El protagonista puede leer el pensamiento de las personas, en algunas veces se materializan objetos / pegatinas que sirven para satisfacer las necesidades de otros individuos, o bien para poder avanzar a través de los escenarios. Por ejemplo, un borracho piensa en un engranaje… justo la pieza que falta para poder bajar un puente levadizo.
Los poderes de Ray también le servirán para poder acceder a otros puntos. Cuando veamos una chincheta, podremos agarrarnos a ella, pudiendo con ello escapar de nuestros perseguidores o llegar a sitios inalcanzables de otra forma. Lo cierto es que, como plataformas, es un mal plataformas. No existe mucho riesgo, no hay demasiadas posibilidades de error, encontrarás excesivos puntos de guardado (más bien checkpoints) y morir prácticamente no significa nada. Sumado a esto, los enemigos siempre serán los mismos, actuarán de igual forma, el sistema para despistarlos será cada vez repetido, y el único reto que representarán se encontrará «quizás» en el capítulo final… más por lo tedioso de la persecución, que por tratarse un desafío para el jugador.
El avance es excesivamente lineal y prácticamente no existe posibilidad de dejar nada atrás, por lo que cuando termines un nivel no vas a tener esa necesidad de explorar para ver si te has saltado algo, más allá de haber leído todos los diálogos o contemplado todos y cada uno de los detalles de sus escenarios, algo, por supuesto digno de nuestro tiempo y totalmente recomendable.
Funciones excusivas de la versión Wii U
Zoink ha adaptado su videojuego a diversas posibilidades ofrecidas por el Wii U GamePad. Además de ofrecer básicas como modo OffTV y jugabilidad a dos pantallas mostrando la acción principal en la TV y un mapa en la pantalla del mando (aunque ciertamente no es de mucha utilidad, o al menos no he tenido necesidad de mirarlo en ninguna ocasión), van más allá de lo que han ido otros estudios con sus conversiones a esta consola de sobremesa, programando una función exclusiva que aprovecha la llamada jugabilidad asimétrica en un modo especial que activará la lectura de pensamientos.
Para activar este modo tenemos que poner el mando en posición vertical, en un principio apuntando a la televisión, pudiendo sondear los pensamientos más cercanos a medida que movamos el GamePad a nuestro alrededor; esto incluso podría darte más alcance que la función original basada en botones. El caso es que a veces puede ser bastante molesto, puesto que mientras estás jugando levantarás sin querer un poco el mando y activarás este sensible modo, algo mortal en una persecución. Será más cómodo y rápido cuando te acostumbres, pero quizás prefieras desactivarlo, algo que no puedes hacer desde el menú de opciones disponible durante la partida, sí desde las opciones del menú de inicio.
Duración: la justa para esta experiencia
Particularmente, no me gusta hablar de lo que hay tras pasarte un videojuego, pues debería ser una sorpresa para el jugador. El caso es que en Stick it to the Man no hay nada después tras completar la historia, como tampoco existen modos adicionales, más allá de la selección de capítulos. Te puede durar una tarde, o varios días, como ha sido mi caso, pues he necesitado recurrir a necesarias pausas para poder continuar avanzando, no apeteciendo jugar durante excesivo tiempo, y eso, de hecho, me ha hecho disfrutar mejor esta aventura… y es por esto que no lo veo como un título inmediatamente rejugable.
Stick it to the Man es más una experiencia, una historia, una serie de carismáticos y muy peculiares personajes/universo, como así también lo es su sentido del humor. Como digo, no es inmediatamente rejugable, como posiblemente no verías una película de nuevo justo después de terminarla (claro está, a no ser que te haya gustado mucho), pero sí algo que con el tiempo vas a querer volver a disfrutar. Es por eso también que su duración nos parece «la justa para esta experiencia», pues quizás no querrías que se extendiera más. No tomes esto como un punto negativo y recuerda el refrán que dice «lo bueno, si breve, dos veces bueno». Termina cuando ha de terminar y… ¿deja espacio para secuela? ¡Aaaah!
Conclusión
Entonces, ¿estamos hablando de un mal juego? Para un servidor, Stick to the Man es una experiencia en gran parte muy gratificante. La historia engancha, tiene ese humor inteligente que en muchas ocasiones se echa en falta en otros videojuegos. Los personajes se hacen querer, gracias a los diálogos y ese estilo artístico que lo envuelve todo y lo convierte en una experiencia muy especial que se disfruta de principio a fin. Probablemente tendrás que hacer unas cuantas merecidas pausas para quitarte de la cabeza esa sensación de repetida jugabilidad, pero sin duda la historia te enganchará, logrando que avances hasta ese final que tanto deseas contemplar. Los 7,99 euros que gastarás en la eShop de Wii U los vale sin dudarlo un segundo.
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