Uno de los títulos más sonados y, quizás, de uno de los géneros más esperados por sus fans. Lo que ha logrado Koji Igarashi con Bloodstained: Ritual of the Night a través de Kickstarter es algo digno de mención. El japonés artífice del mítico Simphony of the Night ha logrado recaudar 5 millones y medio de dólares gracias a la campaña de crowdfunding con la que ha querido dar vida a su más reciente proyecto, que lleva a cabo junto con la veterana Inti Creates.
Además, parece que, aparte del desarrollo, Igarashi -o IGA- también comparte algo más con su colega Keiji Inafune. Y es que hay otro nombre en común tanto para este trabajo como para el que lleva Inafune por su cuenta, Mighty No. 9. ¿Recordáis a Deep Silver?, pues también tiene algo, y muy grande, que decir sobre Bloodstained.
En una entrevista concedida a Siliconera, el japonés, al que hace poco pudimos ver repartiendo latigazos en un simpático vídeo de MEGA64 con el que nos animaba a aportar al proyecto -di que sí, IGA-, reveló la aparición de esta publisher como inversora. Al parecer, tarde o temprano se realizará el anuncio formal, sin embargo el creativo ya ha adelantado que han supuesto «la inversión final que me permitió hacer el juego». A lo que añade lo siguiente.
«Aprecio al 100% que tengan fe en mí. Espero que cada uno sienta lo mismo, porque sin ellos, jamás habría sido capaz de llegar tan lejos.»
Igarashi continúa sus declaraciones afirmando que trataron de conseguir ayuda económica por otras compañías y que, antes de reunirse con Deep Silver, habló con su compañero Ben Judd, que confesó sentirse «casi derrotado como agente» al no encontrar inversores.
Suponemos que esta publisher y el propio Igarashi no tardarán mucho en hacer oficial el anuncio de su colaboración para llevar adelante Bloodstained: Ritual of the Night. Un caso que recuerda mucho a la reciente controversia con respecto a Sony y a Yu Suzuki por el lanzamiento del Kickstarter de Shenmue 3 y que no hace más que reforzar ese reciente pensamiento de. «¿para qué dar dinero si ya hay compañías que van a contribuir?, ¿acaso tenemos que aportar también para que salga a la luz un juego en vez de, simplemente, comprarlo?»
Por otra parte, también es cierto que el hecho de contribuir a este tipo de proyectos conlleva a los aportadores a una serie de «recompensas» que no pueden adquirir otros usuarios. Sin embargo, ¿significa esto que estamos ante los comienzos de una nueva etapa?, ¿estamos sirviendo de fondo seguro para que las compañías asuman un menor riesgo económico? Queremos leeros, a fin de cuentas, vosotros sois tan jugones como nosotros -¡o incluso más!-. ¿Qué opináis sobre esta revelación de Igarashi?
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