Según sus creadores, OMORI es un surrealista RPGmaker de terror psicológico. Desde que tiene uso de memoria, el protagonista de esta historia, OMORI, vive en un aburrido mundo de un blanco brillante. No hay paredes, pero sí un suelo que siempre está frío, y donde quiera que vaya siempre verá colgada una bombilla negra. Por suerte, también tiene un portátil, un gato, un cuaderno de dibujo, una caja de pañuelos… y unos vecinos que de tanto en tanto vienen a visitarlo. O a molestarlo, según OMORI, quien se cree feo, una persona horrible… De hecho es descrito como «un otaku depresivo.»
Y el tiempo pasa, hasta el día en que descubre que puede viajar a una dimensión alternativa, bastante más colorida, donde se reencontrará con los mismos habitantes y enemigos que en su mundo. Explorará sus propios recuerdos, descubrirá amargas verdades ocultas, y cuando llegue el día de la verdad, tendrá que elegir entre una de las dos realidades.
Extraño, pero de concepto cautivador, la idea tras OMORI nació en 2012 en forma de historia corta, pasando por diversas formas, como una novela gráfica cuyo primer capítulo ya ha sido escrito. Pero el cerebro tras esta obra tenía claro desde los inicios que todo esto se convertiría en un videojuego. ¡Y vaya si lo va a ser! A los pocos días de ser presentado en Kickstarter, sobrepasó con creces su objetivo de 22.000 dólares. En estos momentos se está acercando a los 70.000 dólares y planteándose llevar su juego a 3DS si logran alcanzar los 180.000 (250.000 para PS Vita). Tal y como van, parecen imparables, y en esos 22 días de campaña que quedan podrían lograrlo sin despeinarse.
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